por su nombre, sin miedo

la tecnología ha difuminado las barreras entre emisor y receptor en entornos hasta hace unos años monopolio de unos pocos.

ha ocurrido de una forma tan rápida que a muchos no les ha dado tiempo a digerirlo, así que cada uno ha puesto un título a la película en función del momento en el que entró en la sala.

algunos lo vieron claro desde el principio. otros quisieron negarlo (por interés, ignorancia  o simple vagancia) y miraban para otro lado. entonces, los primeros queriendo llamar su atención le pusieron nombres que no tocaban. fue en ese momento cuando unos terceros se unieron a la fiesta pensando que era una forma de obtener dinero rápido saltándose todo lo aprendido hasta la fecha sobre el funcionamiento de los mercados.

aquello se hizo insostenible, y los primeros se resarcieron poniéndole nombres peyorativos mientras reían de los primeros. los terceros desaparecieron para no volver jamás.

claro que, en poco tiempo las aguas fueron volviendo a su cauce, y fue entonce cuando los primeros en un intento de decir al mundo «ahora va en serio», le pusieron un dos, un punto y un cero detrás.

ahí estamos ahora. es un momento estupendo. pero no inflemos las cosas más de lo que toca no sea que vuelvan «los otros» (aunque cada vez quedan menos de «los otros») a ponerle nombres , así que empecemos nosotros a llamar las cosas por su nombre: internet.

las dinámicas de redes han supuesto la mayor revolución en todos nuestros entornos profesionales y personales. no hacen falta nuevos nombres, ya en su esencia entendemos que es dinámico, y que tanto las tecnologías que se desarrollen como los usos que les demos harán que lo que hoy entendemos por internet sea muy distinto a lo que será dentro de pocos años.

expliquémolo bien, que luego vienen muchos pensando que todo proceso de comunicación tiene porque pasar por hacer una página de facebook,… que como todo, a veces toca y a veces no.

no nos la volvamos a pegar, que ya serían 2 (.0).