hace medio año tuve el placer de dar un seminario sobre la aplicación de las plataformas sociales en el mundo de la automoción a varios directivos de uno de las principales fabricantes internacionales de automóviles.
la sesión fue muy bien: interacción por doquier, preguntas inteligentes,… nos alargamos casi dos horas sobre el horario previsto. vamos, de esas sesiones que te confirman que estás aquí porque tienes algo que decir.
casi al terminar el curso, el director general me hizo una pregunta que puede parecer naïve, pero que es una gran preocupación de alguien de su nivel.
me preguntó con la más absoluta de las franquezas: «vale… pero,… ¿qué puedo hacer para que no hablen de nosotros?».
me quedé sin palabras como dos segundos, y como habíamos llegado a un nivel de confianza a las que sólo te llevan el alcohol o estas sesiones de más de tres horas, le contesté:
– «… siempre hemos hablado sobre vosotros,… en cafés, en casa, con amigos, con la familia,… siempre…». «de hecho, yo tenía un coche vuestro, y hablaba de él,… bastante bien, la verdad,… pero del servicio postventa a veces no hablaba tan bien» 🙁
– «… lo bueno es que ahora nos puedes escuchar»
– «… y cuando sepas escuchar además podrás intervenir»
:: cita: rápida respuesta propia 😉 – 2009
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